lunes, 30 de octubre de 2017

CLASIFICACION DE LOS METODOS DE CONSERVACION

CLASIFICACION DE LOS METODOS DE CONSERVACION

Según los medios con los cuales se ejercen una acción sobre la materia prima, todos los métodos de conservación se pueden dividir en: físicos, químicos y bioquímicos.

Métodos físicos. La desactivación de los fermentos y la interrupción de la actividad vital de los microorganismos sobre la materia prima se logra por la acción de medios físicos: frío, calor, rayos infrarrojos, ondas electromagnéticas entre otros. A este grupo de métodos pertenecen la refrigeración, congelamiento, deshidratación, esterilización.

Métodos químicos. Están basados en la inoculación de los tejidos de la materia prima procesada con sustancias químicas (conservantes), que no son dañinos para el organismo humano, pero que debilitan la acción de los fermentos y deprimen la actividad vital de los microorganismos, y en algunos casos transmiten al producto nuevas cualidades gustativas. A este método pertenecen la salazón (procesamiento con sal común), el marinado (procesamiento con sal y ácido acético), el ahumado (procesamiento con humo que contiene fenoles y ácidos), utilización de antisépticos alimenticios (ácido benzoico, hipoclorito, nitrito de sodio, peróxido de hidrógeno, ozono y urotropina) y antioxidantes – aceptores químicos del oxígeno, inocuos para el ser humano (ácido ascórbico, glutamato monosódico, ácido cítrico y otros).

Métodos bioquímicos. Se basan en la utilización de sustancias activas biológicas, que producen efectos bacterioestáticos y bactericidas (antibióticos), e igualmente de fermentos y microorganismos, los cuales forman nuevos compuestos químicos, que poseen propiedades aromáticas y gustativas específicas, las cuales ejercen una acción bactericida (maduración del pescado salado y de las semiconservas), o convierten a la materia prima en productos especiales (biolizatos proteínicos).

Métodos combinados. En la tecnología de productos pesqueros se combinan diferentes métodos de conservación. Así por ejemplo, en la refrigeración de la materia prima (método físico) la efectividad de la conservación se refuerza con la utilización de antisépticos y antibióticos (métodos químicos y bioquímicos) o de radiación (método físico).
En el procesamiento de pescado salado moderado (método químico) se utiliza la refrigeración (método físico) o se utilizan antisépticos (método químico), y para la formación en el producto de nuevas propiedades aromáticas y gustativas se utilizan fermentos (método bioquímico).
En el ahumado en frío se combinan el salado (método químico), con la deshidratación (método físico) y el ahumado (método químico).

Métodos físicos de conservación

Conservación con frío. Se realiza por medio de la refrigeración, refrigeración profunda y congelamiento de la materia prima.

Refrigeración. Consiste en la disminución artificial de la temperatura de los tejidos de la materia prima hasta un rango de temperatura entre – 1 hasta 5°C en el centro del cuerpo con el consiguiente almacenamiento a una temperatura de 0 hasta – 1°C. En estas condiciones disminuye en forma notoria la actividad bioquímica de los fermentos de los tejidos, y en la mayoría de microorganismos, incluidas varias especies de bacterias de la putrefacción y de bacterias coniformes, bruscamente se frena o cesa completamente su actividad vital: las bacterias entran en un estado de anabiosis. Por consiguiente, la refrigeración permite frenar, pero no detener las modificaciones post mortem y los procesos bacterianos, los cuales disminuyen la calidad de la materia prima refrigerada durante su almacenamiento, especialmente si no se observan las temperaturas óptimas y los plazos permitidos de almacenamiento. Sin embargo, así se respeten las condiciones óptimas de almacenamiento, la refrigeración es un método de conservación de la materia prima, con un muy limitado periodo de almacenamiento.

Semicongelado (refrigeración profunda). Para aumentar la efectividad de la refrigeración a veces se recurre al enfriamiento de los tejidos hasta una temperatura inferior a la crioscópica, pero no inferior a menos 3°C (a esta temperatura se inicia la formación de cristales en la carne de pescado pasando a la categoría de congelado. El enfriamiento de los tejidos hasta menos 2 ± 0,5°C y su almacenamiento a esta misma temperatura permite obtener un almacenamiento efectivo hasta por 25-27 días.

Congelamiento. Es el método de conservación según el cual la temperatura de los tejidos de la materia prima en forma artificial hasta una temperatura mucho menor al inicio del congelamietno del jugo celular con el consiguiente almacenamiento de la materia prima a muy bajas temperaturas. El efecto conservante del congelado se basa en la deshidratación de los tejidos de la materia prima como consecuencia del enfriamiento profundo del agua (a una temperatura de – 5 °C y – 30°C se convierte en hielo en forma correspondiente el 70 al 95 % del contenido de agua en los tejidos). En los tejidos se forman soluciones con alta presión osmótica, como resultado de lo cual se crea una “aridez fisiológica”, es decir en los tejidos prácticamente se detienen los procesos bioquímicos, provocado por los fermentos.
A bajas temperaturas en los microorganismos se detiene el metabolismo en el interior de la célula a causa del empeoramiento de las propiedades de difusión del protoplasma y el aligeramiento de su coagulación. El aumento de la presión osmática como resultado del congelamiento del agua frena el crecimiento y acelera la desaparición de los microorganismos, este fenómeno se produce de manera intensiva en el rango de temperatura – 1 hasta – 5°C, y a temperaturas de – 8 a – 10°C la mayor parte de microorganismos detienen su actividad vital. Sin embargo algunas especies de microorganismos criofilos y osmófilos (Achromobacter, Flovabacterium, Micrococcus), levaduras (Turolopis) y hongos (Mucor, Clodosporium, Penicillum y otros) por largos periodos de tiempo conservan su capacidad vital, aún a más bajas temperaturas (la salmonella a – 18°C conserva su capacidad vital en el transcurso de un mes, el estafilococo aúreo, hasta 5 meses; y algunas especies de levaduras y hongos hasta 30-36 meses).

Conservación por calentamiento. Se utilizan dos formas básicas de procesamiento térmico:
El material que va a ser procesado se coloca en envases, los cuales son cerrados herméticamente y luego sometidos al proceso térmico (pasteurización y esterilización).
Tanto durante el proceso térmico como al final del mismo, el material está en contacto con el aire del medio ambiente (cocción, fritado, horneado, ahumado en caliente y otros).
El efecto conservante en el proceso térmico se logra gracias a la inactivación irreversible de los fermentos, igualmente por la muerte de los microorganismos y de sus esporas. La inactivación de los fermentos se produce como resultado de la desnaturalización térmica de los fermentos proteicos. A una temperatura de 80°C los fermentos en forma total e irreversible pierden sus propiedades catalíticas.
La reacción de los microorganismos a la acción de altas temperaturas es muy desigual, pero la mayoría de especies mueren en 10-30 minutos de calentamiento a 60-70°C.
A temperaturas de 80-100°C perecen en 1-5 minutos. Sin embargo algunas especies osmófilas pueden resistir un calentamiento por corto tiempo de 90-100°C.
Son aun más resistentes a la acción del calor las esporas de las bacterias. Por ejemplo las esporas de Bac. Subtilus y Bac. Mesentericus a una temperatura de 100°C perecen luego de 100-120 minutos de calentamiento, y a una temperatura de 120°C después de 30-40 minutos.
El estadio de abiosis en los microorganismos se presenta después de calentarlos a una temperatura, con la cual se produce la desnaturalización y la coagulación de las proteínas del protoplasma, en particular de la albúmina. La coagulación de las proteínas depende de la composición química de las proteínas, el pH, el contenido de agua, grasa, azúcar, sal etc. En la mayoría de microorganismos la coagulación de las sustancias proteicas empieza a los 56-58°C. Un alto contenido de agua en el material y una reacción ácida aceleran la coagulación de las proteínas y la muerte de los microorganismos. La presencia en las soluciones de pequeñas cantidades de sal, azúcar, grasas, e igualmente el contenido de agua enlazada (por ejemplo en las esporas) ejerce una acción defensiva.
Son conocidos dos métodos de conservación de la materia prima por medio del calentamiento en envase hermético: la pasteurización y la esterilización.
En la esterilización el contenido del envase se calienta hasta 100-120°C y se mantiene a dicha temperatura el tiempo necesario y suficiente para la inactivación de los fermentos, igualmente para el perecimiento de todos los microorganismos y sus esporas. Para la materia prima, la cual por sus propiedades no puede soportar tan altas temperaturas, se utiliza la pasteurización, proceso mediante el cual la materia prima que se encuentra en un envase hermético se calienta a una temperatura de 65-80°C. Con la pasteurización se alcanza la inactivación de los fermentos, pero algunas especies de microorganismos termófilos y sus esporas se encuentran en estado de anabiosis, por eso en condiciones favorables en los productos pasteurizados puede producirse una descomposición bacteriana activa.
Si la materia prima no se coloca en envases herméticos para el proceso térmico, inmediatamente después de concluido el proceso térmico se obtiene un producto, en el cual están inactivados los fermentos de los tejidos, han perecido los microorganismos vegetativos y la mayor parte de esporas termófilas. Sin embargo al enfriarse el producto lentamente las espora termófilas empiezan a crecer, y el contacto con el aire del medio ambiente, con el inventario, con las manos de los trabajadores, con los envases determinan el traslado de microbios a la superficie del producto, en donde estos se desarrollan y provocan una rápida descomposición del producto. El producto cocido puede guardarse solamente en condiciones rígidas reglamentadas y por muy cortos periodos de tiempo.

Conservación por medio de extracción de agua. El efecto conservante del secado se explica porque al disminuir el contenido de agua en los tejidos de vegetales o animales hasta un mínimo determinado, la actividad vital de los microorganismos en el proceso de descomposición del substrato se detiene (principio de xeroanabiosis). Como resultado del secado se inactivan los fermentos de los tejidos. Si durante el secado la temperatura de calentamiento no provoca la desnaturalización térmica de las proteínas, significa que los microorganismos que quedan se encuentran en estado de anabiosis. En el caso de una coagulación térmica de las proteínas se produce la destrucción de los fermentos y el perecimiento de los microorganismos y sus esporas (principio de termoabiosis). Finalmente existe el método de conservación por maduración, en el cual se combinan los principios de osmoanabiosis (salazón) y xeroanabiosis (secado). La actividad vital de la mayoría de especies de bacterias se detiene cuando el contenido de agua en el substrato es menor de 25 %, sin embargo algunas especies de hongos pueden desarrollarse en el substrato con un contenido de humedad de 15-16 %, teniendo en cuenta que el nivel letal para los hongos es de 10-12 % de agua.
El efecto conservante del secado depende no solamente del contenido de agua en el substrato, sino de la accesibilidad del agua residual para los microorganismos. El aumento del contenido de sal en el substrato disminuye la accesibilidad para los microorganismos, por eso la combinación de los principios de osmoanabiosis y xeroanabiosis para la preparación de pescado seco-madurado permite obtener un producto seco estable durante su almacenamiento.  

Nuevos métodos físicos de conservación. En la tecnología de productos pesqueros se están utilizando nuevos métodos físicos como herramientas para la conservación de la materia prima: irradiación con rayos infrarrojos, utilización de corriente eléctrica de alta frecuencia, bajas temperaturas con un vacío profundo (secado por sublimación).
Irradiación con rayos infrarrojos. Los rayos infrarrojos permiten crear flujos térmicos orientados de alta densidad, los cuales penetran hacia el interior del cuerpo del pescado a una profundidad de 1 a 5 mm. La fuente de rayos infrarrojos pueden ser diferentes tipos de lámparas, opacas o traslúcidas, que generan rayos con una longitud de onda en el rango de 0,76 hasta 5 <m.
La utilización de rayos infrarrojos (RI) permite en forma significativa acelerar los procesos térmicos, como resultado de lo cual se acortan los tiempos de procesamiento térmico sin alterar o forzar el régimen de temperatura. Por ejemplo, la utilización de RI de calentamiento en lugar del método por convección, permite acelerar la deshidratación del pescado en 2 a 3 veces. Los rayos infrarrojos pueden ser utilizados para el fritado de trozos de pescado empanizados, para estabilizar (fortalecer) la película de sustancias del humo en el proceso electro ahumado, en el proceso de deshidratación por sublimación también conocido como liofilización.
La influencia de los rayos infrarrojos (RI) sobre los fermentos y los microorganismos dependen de la temperatura de calentamiento del material procesado.

Utilización de ondas electromagnéticas. La intensificación de los procesos térmicos se logra utilizando campos eléctricos de alta frecuencia (de 10 hasta 1010 Hz)
Después de colocar el pescado en un campo eléctrico de alta frecuencia, en sus tejidos, los cuales son semiconductores que contienen sustancias de carácter polar, se producen fenómenos diversos y complejos, entre ellos la reorientación de los dipoles en el campo de alta frecuencia.
La reorientación de los dipoles en el campo de alta frecuencia crea un efecto térmico, lo que determina un calentamiento muy rápido total en el interior del cuerpo del pescado. El calentamiento más rápido surge por la coincidencia de la frecuencia de las ondas electromagnéticas con la frecuencia propia de los dipoles.
El calentamiento rápido, total, del material no depende de su conductibilidad térmica ni del espesor del material. Por ésta razón éste método se diferencia en forma favorable de los demás métodos de calentamiento. Los campos eléctricos de alta frecuencia producen un efecto letal sobre los micoorganismos en razón de la influencia mecánico térmica sobre la célula microbiana y por la excreción de calor directamente en la célula microbiana.
La utilización de campos eléctricos de alta frecuencia (microondas) para el procesamiento térmico del pescado permite disminuir en varias decenas de veces los procesos de cocción, horneado, deshidratación, descongelamiento, esterilización y otros.



Métodos químicos de conservación

Entre los métodos químicos de conservación, utilizados en la industria pesquera, el que mayor significado tiene es la conservación con sal, dicho proceso se denomina salazón. Por otra parte, se utilizan sustancias químicas para la conservación tales como: ácido acético, antisépticos, antioxidantes, especias, e igualmente gases.

Salazón. Las propiedades conservantes de las soluciones de sal están determinadas por la acción del cloruro de sodio sobre las proteínas, los fermentos y los microorganismos. Al actuar sobre las proteínas los iones de Na+ y Cl-, uniéndose por el lugar de los enlaces peptídicos, los bloquean; entonces las moléculas proteicas se vuelven resistentes a la acción de los fermentos proteolíticos. Este efecto se encuentra en relación directa a la concentración de sal en el jugo celular.
La sal detiene y modifica el carácter de la actividad bioquímica de los fermentos. Por eso los fermentos proteolíticos de los microorganismos en presencia de la sal forman otros productos de la desintegración de las proteínas, diferentes a los que se forman sin la presencia de sal. Una alta concentración de sal detiene la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos. La actividad vital de los microorganismos va acompañada del intercambio osmótico entre la célula y el medio ambiente. Cuando la presión osmótica de la solución que envuelve a la célula microbiana, resulta mayor que la presión osmótica del plasma, se produce el paso del agua desde el plasma (plasmólisis), como resultado de los cual en la célula microbiana se altera el metabolismo normal de las sustancias.
Muchos tipos de microorganismos son muy sensibles a la acción de las soluciones que contienen 1 – 3 % de sal. En soluciones que contienen 6 – 8 % de sal, perecen la mayoría de especies de bacterias del grupo coniformes, lo mismo que el botulinus; con una concentración del 10 % se detiene el crecimiento de la mayoría de microbios que tienen forma de bastoncillos, con una concentración del 15 % se detiene el crecimiento de los coccos de la putrefacción; la mayoría de microorganismos causantes de infecciones estomacales, perecen solamente en soluciones concentradas de sal (más del 20 %). Generalmente los coccos son más resistentes al aumento de la presión osmótica que los que tienen forma de bastoncillos; los saprofitos son menos sensibles que los patógenos, y los más resistentes son los hongos. La acción bactericida de las soluciones de sal sobre los microorganismos se hace más fuerte con el aumento de la concentración e igualmente con la disminución de la temperatura y el pH de la solución; la presencia de sales de metales bivalentes (Ca..  y  Mg..) debilitan la acción de la sal.
Durante el proceso de salado algunos tipos de microorganismos perecen (acción bactericida de la sal), otros pasan a un estado de anabiosis, conservando su actividad vital durante muchos meses (acción bacterioestática de la sal). Finalmente una gran cantidad de especies de microorganismos continúan con su actividad vital en un medio con una alta presión osmótica (microorganismos osmófilos). La actividad vital de éste grupo de microorganismos provocan procesos bioquímicos, los cuales tienen un progreso notorio, a pesar de que se observen rigurosamente las condiciones óptimas en el almacenamiento. Los fermentos de éstos microorganismos toman parte en la maduración (mejora de las propiedades gustativas) y envejecimiento (empeoramiento de la calidad) del pescado salado.
Los microorganismos, que se encuentran en estado de anabiosis, manifiestan su actividad vital solamente en el caso de la alteración de las condiciones, alcanzadas en el proceso de conservación de la materia prima y provocan la descomposición del pescado.

Utilización del ácido acético. La conservación del pescado se logra por la acción conjunta de soluciones de sal de baja concentración (6 – 18 %) y ácido acético (0,3 – 2 %).  El ácido acético refuerza la acción conservante de la sal, ésta a su vez ayuda a la maceración de la carne de pescado por el ácido acético. La acción conservante del ácido acético está determinada por la modificación de la concentración de iones de hidrógeno y por la acción toxica de las moléculas no disociadas. Para la actividad vital de la mayor parte de microorganismos el valor óptimo de pH se encuentra en el rango de 6,5 – 7,5, por eso la disminución del pH hasta 4,5 – 5,0 determina el perecimiento de tales microorganismos. Sin embargo hay especies de microorganismos, capaces de desarrollarse en un pH de rango 2,5 – 4,0.
Las soluciones que contienen 1 – 2 % de ácido acético, frenan el crecimiento de la mayoría de los microorganismos de la putrefacción, y con una concentración de 5 – 6 % mueren casi todos los microbios, quedando solamente las esporas con capacidad vital. Los hongos son resistentes a la acción de las soluciones de ácido acético: las soluciones de baja concentración estimulan el crecimiento de los hongos, algunas especies de hongos son capaces de desarrollarse en soluciones al 10 % de ácido acético. Los hongos utilizan al ácido acético como fuente de carbono, lo cual provoca la disminución de la concentración del ácido y permiten la posibilidad de crecimiento de otros tipos de microorganismos. El crecimiento de los hongos en la superficie de los marinados se puede evitar de la siguiente manera, cubriendo el marinado con una capa de aceite vegetal (se elimina el contacto con el aire), o utilizando empaques herméticos.
En el medio ácido la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos y lipolíticos se detiene (con excepción de la pepsina).

Utilización de antisépticos. Una serie de sustancias químicas tienen la capacidad de entrar en reacción con el protoplasma de la célula microbiana produciendo una acción tóxica, paralizan la acción de los fermentos provocan el perecimiento de los microbios, las esporas son más resistentes a dicha acción. Estas sustancias se denominan antisépticos. El efecto conservante de los antisépticos depende de su naturaleza química, condiciones de temperatura y pH del medio. Los antisépticos poseen una acción selectiva, por eso el efecto conservante de uno u otro antiséptico depende de la composición de la microflora, y de la cantidad de microorganismos.
No existen antisépticos completamente inocuos para el ser humano, por eso se establece de manera legal la lista y la dosificación respectiva para los antisépticos permitidos en la producción de alimentos.
Para la preparación de productos pesqueros alimenticios está permitido el uso de urotropina, ácido benzoico, su sal sódica (benzoato de sodio), ácido sórbico entre otros.
El ácido benzoico y el benzoato de sodio son antisépticos muy activos, en la preparación de productos pesqueros se permite su utilización en cantidades no mayores de 0,1 – 0,15 %. La urotropina y el ácido sórbico se utilizan en dosis de 0,1 %.
En la industria pesquera los antisépticos se utilizan como medio para reforzar el efecto conservante del método básico de procesamiento: refrigeración, salazones de baja concentración, semiconservas, marinados y en la producción de caviar.

Utilización de antioxidantes. La oxidación de las grasas es un defecto muy serio, la cual se produce durante el almacenamiento del pescado congelado, salado, deshidratado, y en la harina de pescado. La oxidación de los ácidos grasos no saturados, que entran en la composición de los lípidos, esta determinada por la acción del oxígeno del aire y de los fermentos (lipooxidasas).
La oxidación puede ser detenida usando antioxidantes, la acción de los cuales está condicionada por la presencia en su molécula de átomos de hidrógeno lábiles, por eso en la formación de peróxidos el antioxidante asimila la energía deteniendo la reacción de auto oxidación. El efecto antioxidante se logra gracias a la destrucción de los peróxidos activos, como de la inactivación de los oxidantes, contenidos en el producto. La acción defensiva del antioxidante se prolonga hasta su completa oxidación, después de lo cual el proceso de oxidación del substrato (grasa) continúa. 
Las sustancias químicas, que estimulan la acción de los antioxidantes, pero que no ejercen una acción antioxidante, se denominan sinérgicos (ácido cítrico).
En calidad de antioxidantes se han propuesto una gran cantidad de compuestos químicos, pero los que más se usan son los derivados del fenol (butiloxianizol, butiloxitoluol), los éteres de ácido gálico (octilgalato, propilgalato), ácido ascórbico e isoascorbico, sus sales y éteres (palmitatos), tocoferrol (vitamina E), el preparado “humo líquido”, entre otros.
Los antioxidantes utilizados en la industria alimenticia deben ser inocuos para el organismo humano y no deben alterar las propiedades aromáticas y gustativas del producto.

Métodos biológicos de conservación

Estos métodos de conservación están basados en la utilización de la actividad biológica de algunas sustancias, agregadas para reforzar el efecto del método básico de conservación de la materia prima o para aumentar la resistencia durante el almacenamiento de los productos terminados (antibióticos); para lograr en el producto conservado nuevas propiedades aromáticas y gustativas (maduración por fermentación) o para la transformación de la materia prima en nuevos productos (hidrólisis fermentativa).

Utilización de antibióticos. Los antibióticos son sustancias excretadas por muchas bacterias, actinomicetas y hongos. Unos antibióticos poseen acción bacterioestática – neutralizan la actividad vital o frenan la multiplicación de los microorganismos, otras son sustancias bactericidas típicas – provocan el perecimiento de los microbios. Estas propiedades permiten utilizar en calidad de sustancias conservantes a los antibióticos.
La mayor acividad en la conservación de los productos proteínicos presentan la aureomicina (cloro tetraciclina), terramicina (oxitetraciclina) y cloromicina. Así, agregando al hielo aureomicina en una concentración de 0,0001 % permite de manera significativa aumentar el tiempo de vida útil del pescado refrigerado.

Maduración. En el almacenamiento de pescado salado en bajas concentraciones, se produce el proceso de maduración, el cual se produce al revelarse la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos, contenidos en los tejidos y órganos del aparato digestivo del pescado, o en los preparados fermentativos agregados artificialmente al producto.
Como resultado de la acción de los fermentos proteolíticos sobre las proteínas de los tejidos musculares y del tejido conectivo, la carne de pescado salado, toma una consistencia tierna, en ella se acumulan los productos de la desagregación (peptonas) y de la hidrólisis de las proteínas (básicamente polipéptidos y aminoácidos libres). La acumulación en la carne de éstas sustancias, crean para algunas especies de pescados, propiedades aromáticas y gustativas específicas (bouquet de maduración).
El aumento de la temperatura acelera la maduración; con el aumento de la concentración de sal el proceso de maduración se apaga lentamente como resultado de un bloqueo mayor y completo de los enlaces peptídicos por parte del cloruro de sodio.
En la parte final del estado de maduración, la acción de los fermentos proteolíticos puede expandirse a los aminoácidos, a los cuales descompone en productos más simples (metilaminas y amoníaco). Este estado de descomposición fermentativa testifica que hay un estado de “sobre maduración” o un proceso de “envejecimiento” del pescado salado, es decir se acumulan indicios de empeoramiento de la calidad.
El proceso y el carácter de la maduración dependen de las particularidades bioquímicas y de la cantidad de complejos fermentativos, de la composición química de la materia prima, de la concentración de sal, del pH del medio. Cada especie de pescado salado madura de forma específica; en algunos (por ejemplo en el arenque) la maduración va acompañada de la formación de indicios claramente notorios de aroma y sabor, en otras especies esto no sucede. Sin embargo está el hecho de que, cualquier pescado crudo salado se vuelve comestible, nos demuestra las modificaciones profundas (“maduración”) que se producen en las proteínas de la carne de pescado.
Al agregar glucosa (azúcar) en la composición de la mezcla de sustancias conservantes y gustativas se crean condiciones favorables para el crecimiento de bacterias de la fermentación ácida láctica. Como resultado de la actividad vital de estas bacterias, de la glucosa se forma el ácido láctico, el cual por si mismo ejerce una acción bacterioestática y bactericida, a la vez que le brinda al producto nuevas calidades gustativas. Un exceso en la acumulación de ácido láctico conduce a una acidificación muy fuerte (el sabor empeora) y refuerza la actividad de las tirosinasas, que producen aminoácido de tirosina, la cual por su poca solubilidad en las soluciones ácidas salinas se precipita en forma de cristales blancos sobre la superficie del pescado.

Métodos combinados de conservación

En la tecnología de productos pesqueros se utilizan varios métodos de conservación, en los cuales se utilizan dos, tres o más principios de conservación. Pueden servir como ejemplo de tales métodos de conservación, el seco-madurado y el ahumado de pescado.

Seco-madurado. En el proceso de seco-madurado al principio se utiliza una salazón moderada, posteriormente se deshidrata al medio ambiente o en secadores tipo túnel, a una temperatura promedio de 30°C. El efecto conservante en el proceso de seco-madurado se alcanza gracias a la disminución del contenido de agua en los tejidos hasta un 40 – 50 % (xeroanabiosis), y al aumento del contenido de sal en los tejidos hasta 10 – 12 %, como resultado de lo cual la concentración de sal en el agua residual de los tejidos aumenta hasta 24 – 26 % (osmoanabiosis).
El aumento gradual de la concentración de sal y la disminución del contenido de agua durante el procesamiento debilita y modifica el carácter de la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos y lipolíticos, pero la acción sobre las proteínas y los lípidos no se detiene. Algunos tipos de microorganismos en las condiciones indicadas perecen, otros caen en un estado de anabiosis (las esporas de los microorganismos conservan su actividad vital), por eso la descomposición microbiológica activa se detiene. Sin embargo si durante el proceso de almacenamiento se alteran los parámetros alcanzados en el proceso, el producto empieza a descomponerse indefectiblemente.

Ahumado. El efecto conservante se alcanza en el ahumado en caliente al combinar el horneado (termoanabiosis) con el ahumado (quimioanabiosis); en el ahumado en frío al combinar la deshidratación (xeroanabiosis) con la salazón (osmoanabiosis) y el ahumado (quimioanabiosis). Los productos ahumados en caliente se obtienen jugosos, con una baja concentración de sal, por eso éstos no son estables en el almacenamiento; los productos ahumados en frío, son más secos, más salados y estables durante su almacenamiento.
En cualquiera de las dos formas de ahumado, el pescado se ve sometido a los productos de la combustión incompleta de la madera, en la composición de los cuales existen sustancias que poseen propiedades bactericidas. De todos los componentes, contenidos en los productos de la combustión incompleta de la madera, los que con mayor efectividad neutralizan la actividad vital de los microorganismos, son los derivados del fenol y de los ácidos orgánicos. Los fenoles, al penetrar en las células, accionan como venenos químicos y neutralizan la actividad vital de los microorganismos (que no forman esporas) y de los hongos. La capacidad bactericida de los fenoles es mayor en las sustancias con alta temperatura de ebullición.
Los ácidos orgánicos alifáticos (fórmico, acético y otros) y los aromáticos (salicílico, benzoico) ejercen sobre los microorganismos una acción bactericida diferente en cada caso, dependiendo de la naturaleza del anión, concentración y capacidad de disociación del ácido, pH, temperatura, e igualmente del grado de resistencia de los microbios a los ácidos.
Los gases presentes en el humo (CO2 y CO), los alcoholes (metanol, etanol, butanol), los compuestos carbonílicos (formaldehído) y bases orgánicas ejercen una débil acción bactericida.
Durante el proceso de enfriamiento y posterior almacenamiento, como resultado del contacto del producto terminado con el inventario, con las manos de los operarios, con el aire del medio ambiente, en la superficie de los productos ahumados se presenta una abundante microflora. El desarrollo de los microorganismos conduce a un rápido deterioro del pescado ahumado, se presentan manchas con mucosa en la superficie, hongos en la superficie del pescado ahumado en frío, por eso los productos ahumados exigen la observación máxima de las condiciones de higiene y de las condiciones de almacenamiento.




              



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